Los eventos corporativos son una herramienta tremendamente potente para las empresas de todos los tamaños, también para las PYMES. Sin embargo, en la mayoría de los casos suelen verse como acciones aisladas destinadas a celebrar algo especial o generar algo concreto en un momento determinado.
Por supuesto, las ocasiones especiales merecen un evento (¡y me encanta organizarlos!). Pero ¿qué pasaría si integráramos los eventos dentro de una estrategia más amplia? ¿Y si los utilizáramos como una herramienta más de la empresa para alcanzar sus objetivos? En este artículo os propongo mirarlos desde otra perspectiva.
Desde mi punto de vista, los eventos corporativos tienen un potencial enorme para impulsar resultados en las diferentes áreas de una empresa (marketing, ventas, talento, operativa...) y por eso tiene sentido considerarlos como algo más que acciones puntuales que se organizan para conseguir un objetivo a corto plazo.
Insisto, es perfecto organizar una muestra de productos, una presentación o un incentivo con clientes. Sin embargo, con una visión estratégica y un enfoque más amplio, es posible aprovechar y alinear todas las acciones del año, provocar sinergias, optimizar recursos y multiplicar los resultados.
Para eso, la clave está en la planificación y la estrategia. Porque ya no organizamos acciones desconectadas entre sí, sino que trazamos un calendario anual de eventos alineados con los objetivos generales de la empresa para que, juntos, multipliquen el impacto. Así, cada evento se diseña con mucha más intención, buscando que no solo cumpla su propósito específico sino también que sume al objetivo global, exprimiendo todo su potencial.
Para ponerlo de una forma más gráfica, podríamos comparar los dos enfoques de esta manera:
Desde hace dos años estoy trabajando con dos empresas clientes aplicando este enfoque. En este tiempo, algunos resultados que hemos podido comprobar son:
Crecimiento de las ventas de los artículos directamente relacionados con los eventos organizados.
Generación de ventas cruzadas a los clientes asistentes.
Aumento de la base de datos de suscriptores a la newsletter de la empresa.
Nuevas oportunidades de colaboración con proveedores, al tener disponible ocasiones donde darles visibilidad.
Repetición de clientes asistentes y refuerzo de su relación con la empresa.
Reducción de costes al captar patrocinios tras demostrar los resultados conseguidos.
Optimización de costes de organización y catering al planificar en conjunto.
Optimización de tiempos de organización al repetir procesos.
En resumen, creo que los eventos corporativos tienen potencial para ser mucho más que simples acciones puntuales. Mirarlos desde esta óptica nos va a permitir maximizar su impacto, optimizar recursos y multiplicar resultados.
Un saludo y hasta el próximo post,
Silvana
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